César García Santiago
EL CORTEJO
Entre los mozos y las mozas de antaño era muy habitual intentar
conquistar a una mujer para compartir muchas cosas con ella y poder
salir a un sitio y otro...
El pasado 8 de diciembre de 2003 en Sama de Grado, pueblo situado
a 12 Km de la villa, José
“Munín” de 75 años y natural de Sama nos cantaba esta
cuarteta:
“Espejo de mi corral
tranca de mi gallinero
¿a qué vienes a mi casa?
No sabes que no te quiero”.
Esto era lo que llamaban “cortejar” por cuartetas.
EL AGUINALDO O AGUILANDO
Este término se refiere cuando los mozos iban a pedir por las
casas del pueblo el día de Navidad una especie de detalle (bien
en forma de dinero o en especias). En unos pueblos iban andando, en
otros a caballo, etc. Picaban puerta por puerta y luego les cantaban
a los dueños o les hacían cagamentos a los que no les
abrían o no daban nada.
José “ Munín ” natural de Sama de Grado
de 75 años se acuerda que tenía unos nueve años
cuando iba a pedir el “Aguinaldo o Aguilando”.
José “Munín” nos canta lo siguiente:
(Nombre del dueño de la casa) de la buena barba
¿ Quién está ahí?
Los aguilanderos del postrer día, mes y año
panes panizos
las cosas que les dijo
¿cantaremos, rezaremos o qué haremos?
( Si era rezar : el Padre Nuestro o si era cantar pues cantai ).
LA NOCHE DE NAVIDAD
“ La noche de Navidad
por ser la noche mejor
parió la Virgen María
en sin parto ni dolor.
En portal donde pariera
resplandece más que el sol
más que el sol más que la luna
más que la luna y el sol.
Más que las puras estrellas
que alumbran al Redentor.
La señora ama de casa
que se acabe sin volver
que nos dea el aguinaldo
que nos queremos volver”.
Cuando en la casa no se daba el aguilando se cantaba lo siguiente:
“ Allí arriba en aquel canto
hay una perra cagando
pa los amos de esta casa
que no nos dan aguinaldo”.
LEYENDAS
ORIGEN DEL ESCUDO DE LA CASA MIRANDA
Alvar Fernández Miranda, guerrero legendario de la Edad Media,
poseía grandes y ricas propiedades en Teverga y Belmonte. Generalmente
hacía frecuentes excursiones a Galicia, y al regreso de una
de ellas, se encontró con una tropa de moros que conducía
cinco hermosas doncellas para reunirlas con las demás que habían
de ser llevadas a Córdoba, según el tributo acordado
en tiempos del rey Mauregato. El guerrero logró matar a los
moros y puso en libertad a las jóvenes, devolviéndolas
a sus respectivos hogares.
Este hecho, calificado de legendario, dio motivo a la creación
del escudo de la Casa de Miranda, constituido por cinco doncellas en
Sotuer, rodeadas por unas sierpes como orlas.
LA XANA DE VILLANDÁS
En Villandás se encuentra la cueva de Doña Urraca, extensa,
misteriosa y profunda, cruzada por galerías donde la naturaleza
simula objetos raros, monstruosos, fantásticos, estatuas y columnas
cuyo número aumenta según la imaginación del visitante.
Y cuentan que hubo una hermosísima Princesa encantada, Doña
Urraca, de rubia cabellera, que daba larguísimos paseos por
el contorno, siempre sola, seria, muda, hasta que desapareció hace
años sin previo aviso; pero dejó en la cueva, y es lo
más importante, junto a su propia estatua yacente, un enorme
cofre de oro, que guarda inmenso tesoro custodiado por dos gigantescos
leones, de oro también, todo a disposición del mortal
que dé con la media luna indicadora del sitio en que existe
riqueza tanta.
¡La media luna! ¡Cuántos han ido en su busca hasta
ahora inútilmente!
LAS DAMAS Y LOS BOLLOS
Había tres doncellas encantadas en la concavidad de una peña
en el territorio de Villamarín de Salceo, y un vecino, compasivo,
se fue a ver un brujo para desencantarlas, el cual brujo diole tres
bollos de cuatro cuernos, recomendándole los entregase intactos
a las doncellas; pero no pudiendo el labriego resistir el voraz apetito
que le acometió en el camino, se comió un cuerno de uno
de los bollos. ¡Maldito taragaño! No bien entregó a
las doncellas su respectivo bollo, transformándose éstos
en tres magníficos caballos blancos ¡los montan las muchachas,
y fatalidad!, a uno de los brutos les faltaba una pata, precisamente
al del bollo cuyo cuerno comiera el aldeano.
Tratan de huir, sin embargo, las tres jóvenes en los otros dos
caballos sanos y salvos; más al intentarlo desaparecen los corceles,
volviendo ellas al encanto …¿Quién las desencantare?
El desencantador que las desencantare, ¡buen desencantador será!
Otro testimonio que aparece es del desafío que hizo Gómez
Pérez de Valdés contra Gutiérrez Fernández
de Miranda, en el que se dice que éste había enfrentado
y calumniado al primero delante del rey Alfonso VIII. Parece que dicho
desafío no se llevó a cabo porque, enterado el Rey, mandó a
ambos a luchar contra los moros, y por este motivo tomaron parte en
la batalla de Las Navas de Tolosa (1212).