Villa de Grado - Asturias - España
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LA TIERRA DE PEÑAFLOR EN LA BAJA EDAD MEDIA (II) Por Claudio Menéndez González En la primera entrega de esta serie de artículos sobre la tierra de “Peñaflor en la Baja Edad Media” habíamos esbozado ya algunos puntos que en esta entrega que tenéis ante vuestros ojos se verán analizados y expuestos más detenidamente. Habíamos, como recordaréis, trazado una aproximación geográfica y hasta sentimental a la parroquia y pueblo de Peñaflor, esbozando además una visión sucinta de cómo se nos presenta la situación general de la zona. En esta entrega, presentamos una aproximación más concreta a la realidad de la población en sus inicios justo antes de lanzarnos al más metódico estudio en profundidad de su sociedad, su economía y su devenir histórico. Como dice el título, el núcleo acerca del que gira este trabajo es la situación de Peñaflor en la baja Edad Media, es decir, según la historiografía tradicional los años transcurridos entre los siglos XIII y XV, si bien los términos Alta, Plena y Baja Edad Media son ciertamente discutibles en su extensión temporal y hasta se podría criticar su diferenciación real dentro de una estructura temporal tan amplia y compleja. En el caso asturiano, y simplificando mucho, no cabe duda de que podríamos, teóricamente hablando y sin profundizar demasiado, hablar de una Alta Edad Media dominada por la existencia del Reino de Asturias, una Plena Edad Media que iría desde el traslado de la corte asturiana a León hasta la época de fundación de las polas asturianas, con un año crucial como es 1270, y una Baja Edad Media que iría desde finales del siglo XIII hasta 1492. Así expuesto el marco temporal, los años cruciales de nuestro estudio irían desde aproximadamente la fundación de la Puebla de Grado, hacia 1256, hasta 1492, año en el que la historiografía tradicional marca el inicio de la Edad Moderna. Sin embargo no es posible estudiar la situación a partir de 1256 sin estudiar la que existía antes de esa fecha, pues la investigación no sería completa. Si a partir de principios del siglo XIV tenemos ya una visión bastante amplia del desarrollo económico y social de Peñaflor, no es menos cierto que buceando en años y épocas anteriores, encontramos o podemos encontrar el origen de dicho desarrollo. Tras anotar la existencia de algunos restos de épocas prehistóricas, debemos destacar que los primeros datos fiables de un poblamiento continuo y dotado de un control administrativo, en la zona de Peñaflor, datan de la época contemporánea de construcción del conocido puente sobre el Nalón, el cual aparece en un documento fechado en 1144, en el que el rey D. Alfonso VII y su mujer Dña. Berenguela con sus hijos donan una tierra y diversos bienes en las cercanías para construir no solo dicho puente, sino una alberguería de peregrinos en las inmediaciones. Podría ser la fundación de la alberguería y la construcción del puente el hito poblacional de la zona, partiendo de aquí la organización poblacional y por ende toda la organización administrativa posterior. No obstante, debemos retrotraernos varios siglos, hasta la época de la dominación romana, definiendo claramente un hecho, que se ve reiteradamente reflejado a lo largo de los siglos objeto de análisis. Dos realidades principales orbitan en torno a Peñaflor: su valor como centro de control de una fértil y extensa Vega, que le proporciona el sustento, y aún mas importante si cabe: su estratégica ubicación en un nudo de comunicaciones, por donde pasaban vías tan fundamentales como la que unía Oviedo y la zona central con la zona Occidental y Galicia, que será el germen del Camino de Santiago. “El Anónimo de Rabean”, obra tardía, pero fundamental para conocer la red viaria bajoimperial, nos habla de una serie de itinerarios por Asturias que en algún caso cruzan por las inmediaciones de lo que hoy conocemos por Peñaflor. Por ejemplo la ruta Lucus Asturum-Lucus Augusti (Lugo de Llanera-Lugo). Hoy conocemos los nombres o localizaciones de algunas mansios (una especie de estaciones de servicio) que jalonaban el recorrido, a unas distancias entre si que permitían a los viajeros recorrer la vía cómodamente. Se ha descrito su itinerario con bastante exactitud, basándose en la existencia tanto de restos materiales como de fuentes escritas y sobre todo de la toponimia. Está constatado su recorrido en el centro de la región. Partiendo de la mansio de Lucus Asturum (Lugo de Llanera) se dirigiría hacia el Oeste, en dirección al término de Las Regueras, después de alcanzar Premonio (la actual aldea de Premoño) bajaría hacia el Nalón hasta Valduno -topónimo de origen romano donde se han descubierto restos de una importante villa- y cruzaría el río por un puente hoy desaparecido, conocido como Puente de Carril. Los restos de esta estructura se localizan sobre el cauce del río Nalón, al NE del pueblo de Anzo y a escasa distancia de la desembocadura del arroyo homónimo. Son accesibles cuando el nivel del agua es bajo. La mejor referencia para detectarlos es la casería de La Carril, situada en la orilla de Las Regueras, ya que se encuentran casi a su altura, unos 10-15 metros aguas arriba. Paramuchos historiadores, aunque de origen desconocido (quizás altomedieval, más presumiblemente romano), este puente constituiría un claro antecedente del de Peñaflor, el cual lo sustituiría años después de su ruina, variando así de manera definitiva el trazado del camino. En los siglos anteriores a 1144, esta vía seguiría, tras cruzar el puente de Carril, hasta la actual aldea de Anzo, subiendo el cordal de Peñaflor por el monte de Anzo para descender por Sestiello. Este último topónimo se encuentra relacionado, según Mª C. Bobes, con vías de comunicación. En los itinerarios se mencionaban las estaciones con las locuciones "ad quintum, ad sextum”, etc. Esta expresión vulgar equivale, en el supuesto que nos ocupa, a "ad sextum lapidem". Desde el núcleo antes citado descendería hacia el valle del Cubia por La Mata para seguir su camino a occidente por San Juan de Villapañada, El Fresno y Doriga. En las inmediaciones de este último pueblo se han descubierto en fechas recientes los restos de una mansio, cuya fundación se remontaría, al menos, a fines del siglo I DC., perdurando la misma hasta el final del siglo IV o inicios del V. Según las Crónicas Asturianas de época de Alfonso III (Crónica Albeldense, Rotense y A Sebastián), Alfonso II “El Casto” transitó por esta vía del Suroccidente para dirigirse al recién descubierto sepulcro del Apóstol, en el año 829, poniendo las bases de lo que andando el tiempo se convertiría en el Itinerario Jacobeo del interior, desde Oviedo hasta Santiago. En virtud de lo expuesto, se deduciría que hasta el año 1144, con la creación del Hospicio junto al puente mediante la donación real que antes describíamos, no existen noticias verdaderamente fiables sobre el núcleo de Peñaflor trazado sobre la nueva vía hacia Occidente y hacia Santiago de Compostela Sin embargo algunos códices anteriores a esta fecha nos hablan de ciertos topónimos “sospechosos” anteriores a 1140 que podrían aludir al Peñaflor altomedieval. En la próxima entrega ahondaremos en este tema. Hasta entonces un saludo cordial. Claudio Menéndez González |