Villa de Grado - Asturias - España
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PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DEL CONCEJO DE GRADO. EL PERíODO PALEOLíTICO El territorio comprendido dentro de los actuales límites administrativos del municipio de Grado, alberga una de las mayores concentraciones de yacimientos del período Paleolítico del área central de nuestra región. Uno de los principales factores que explican este hecho -acaso el fundamental- es la privilegiada ubicación de este espacio dentro de la geografía asturiana, y las particulares características del mismo, especialmente favorables para el desarrollo de los modos de vida, basados en la caza y recolección de alimentos. de estas primeras comunidades humanas que poblaron el solar astur. En efecto, Grado se halla inserto en la zona septentrional del macizo asturiano, dentro del sector más oriental del dominio geomorfológico de las plataformas y sierras prelitorales del occidente del meridiano de Oviedo. El cual se define por una sucesión de cordales, con altitudes moderadas, que destacan sobre una densa red fluvial, a modo de pasillos modelados sobre formaciones blandas. El concejo presenta un relieve bastante accidentado, en líneas generales con un marcado carácter montañoso en su mitad sur, dulcificándose la agreste topografía, a medida que se desciende hacia la capital municipal y su vega. El sistema topográfico se conforma por tina sucesión escalonada de cumbres y valles que descienden en altura desde el sur al norte de su territorio. Las principales alineaciones montañosas del municipio presentan una dirección NESO, adaptándose así al gran arco de la denominada «rodilla astúrica». Su cota máxima es el Picu la Berza, de 1454 m.s.n.m., punto más meridional del término, y vértice de demarcación entre éste y los de Belmonte y Teverga. La cota mínima se encuentra en el río Nalón. a 30 m.s.n.m. En el extremo septentrional del municipio, el curso medio del Nalón delimita por el norte, la cuenca de Grado. apéndice occidental del gran corredor que constituye el surco prelitoral asturiano. Aquí, la Vega de Grado, integrada por las de Peñaflor, La Mata y Pereda, conforma una cuenca colmatada por depósitos aluviales, principalmente de arcillas y conglomerados del cenozoico, que posee una longitud de 7 Km. y una anchura máxima en el núcleo de Peñaflor, de 2,5 km. Esta pluralidad de ambientes. de microespacios que se deriva de la particular configuración geomorfológica del territorio, da lugar a una rica diversidad de recursos de índole biológico, que hacen del área un espacio extraordinariamente propicio para el desarrollo de las comunidades humanas. Como es lógico, este hecho no paso desapercibido a los primeros pobladores de nuestra región, que desde época temprana supieron aprovechar la potencialidad que les ofrecía el medio. ocupando el actual solar gradense a lo largo del dilatado arco cronológico, de miles de años, que comprende el período paleolítico. Así lo evidencia el elevado número de yacimientos. y hallazgos aislados de materiales de estas culturas, que jalonan la geografía del concejo. LOS PRIMEROS TESTIMONIOS DE OCUPACIÓN HUMANA. VESTIGIOS DEL PALEOLÍTICO INFERIOR Y MEDIO Pese a gozar de una relativamente larga trayectoria investigadora, el estudio de estas primeras etapas de la prehistoria regional dista mucho de alcanzar el grado de conocimiento que por ejemplo se tiene de los períodos inmediatamente posteriores. La aparente densidad de conjuntos o elementos líticos en superficie, dispersos a lo largo de la geografía asturiana, contrasta con la reducida información que de ellos se puede extraer. Si exceptuamos los recientes descubrimientos del Cabo Busto, cuya antigüedad se remonta a los 500/300.000 años, el arco temporal al que se asígnan estos yacimientos abarca algo más de noventa mil años, los comprendidos entre 125.000-35.000 antes de Cristo. Entre los artefactos característicos del Paleolítico Inferior destacan los guijarros trabajados, bifaces, picos, hendedores y esferoides. Pese a su aparente tosquedad, estas piezas gozaban de un uso extraordinariamente versátil. Con el Paleolítico Medio, el utillaje lítico se reduce en tamaño, desarrollándose un complejo corpus instrumental. junto al que se documentan por primera vez, en el caso de Asturias, los primeros testimonios de una incipiente industria ósea. Los autores de las industrias más antiguas fueron con toda probabilidad Preneanderthales. En el Paleolítico Medio, el tipo humano documentado en todo el occidente europeo es el Neanderthal. Dos grandes áreas concentran la mayor parte de los hallazgos de estas industrias en Asturias. La franja costera centro-occidental y el centro de la región, en especial la cuenca media del Nalón. donde se inscribe el territorio gradense. La mayor parte de las localizaciones al aire libre de estos períodos, en el municipio, como en el resto de la región. se deben a la labor prospectora del profesor D. José Manuel González, tarea que continuaría con extraordinario celo, en este caso concreto de Grado, su sobrino D. Diógenes García.* Los hallazgos se concentran en su mayor parte en la cuenca baja del Cubia. en el collado de Cabruñana, y en la loma de Gurullés. Los depósitos aluviales del curso medio-bajo de los ríos son las zonas del Principado donde se han recuperado más conjuntos en superficie, de estos períodos. La cuenca baja del Cubia, y en particular los aledaños del amplio espacio de vega que se abre entre El Bailache y su desembocadura, albergan una de los mayores concentraciones de conjuntos paleolíticos al aire libre, localizadas en la región. Este hecho ha de vincularse a la privilegiada ubicación de la zona. en la confluye una densa red hidrográfica (río Las Varas. arroyo de S. Martín, arroyo de La Cruz, arroyo de La Podada. ríos Moutas y Cubia). tributaria a su vez, de la corriente fluvial más relevante de Asturias, el río Nalón. en su curso medio, asi mismo, no ha de olvidarse que el área conforma la vega aluvial más amplia de nuestra región. Su situación en el borde occidental del corredor de la gran cuenca mesoterciaria a central asturiana es, sin duda, otro de los factores que explicarían esta notable presencia de restos. Esta última constituye, a la vez de una excelente zona para el asentamiento humano, un importante pasillo de comunicación, particularmente el caso que nos ocupa. para transitar por el interior de la Asturias central a la occidental. Los hallazgos se distribuyen por la práctica totalidad de las diversas terrazas conservadas en ese sector de la cuenca. En la más elevada de éstas, situada en las inmediaciones del núcleo de Acebedo, se recuperó un importante conjunto que supera el centenar de piezas. Este corresponde con toda probabilidad a un momento avanzado del Paleolítico Inferior. A singular cota se recogieron los bifaces/hachas de Ribiellas. En un amplio depósito situado a una cota inferior se recogió el nutrido lote de piezas. agrupado bajo el epígrafe Materiales líticos de la Vega de Grado, en el mapa adjunto. Integran este conjunto nueve localizaciones repartidas por el área meridional de la villa de Grado y sus aledaños. En su mayoría son materiales aislados y algunos conjuntos de cierta entidad, que parecen corresponder al Paleolítico Medio-Superior. Se recogió instrumental de ésta índole, en El Muro, con motivo de las obras de construcción del cuartel de la Guardia Civil. en los barrios La Cruz, El Bolao, La Podada y El Rodacu. Reviste particular interés el gran depósito hallado en el área que actualmente ocupan el polideportivo y el mercado de ganados, el cual supera el centenar de piezas. A una cota muy similar, ligeramente superior a algunos de los hallazgos anteriores, se encuentra el conjunto de Llantrales, éste se recuperó en el lecho de camino, hoy asfaltado, que comunica la AS-311 con la tejera sita en ese término. En la ribera opuesta de la cuenca existen igualmente materiales recuperados en formaciones aluviales correlacionables con las dos precedenes. Tal es el caso de las tres localizaciones distribuidas en el entorno de la Veiga, La Mata, y las dos descubiertas en las inmediaciones de Alcubiella. Fuera de este área destacan los materiales recogidos en la mencionada colección del profesor J. M. González, bajo los siguientes epígrafes: Hacha tallada de Cabruñana. hallada en el camino del cementerio del citado pueblo. Materiales líticos de Sierra Sollera Baja, localizados en el antiguo camino que ascendía de Cabruñana al Llano de Las Ayalgas; el Hacha Musteriense de La Caridad, recuperada en un sendero que parte del Camín Real o «Carril Vieya», al noroeste del mencionado núcleo. Entre los hallazgos de utillaje lítico de estos períodos, acaecidos en el transcurso de las labores de prospección de la Carta Arqueológica del municipio, cabe señalar los materiales localizados en el entorno de la necrópolis de La Cueña, en Cabruñana, y los conjuntos líticos de San Martín de Gurullés, en la loma situada al norte del citado pueblo. Existen asimisino, una serie de materiales recuperados también al aire libre, generalmente piezas aisladas, de escaso valor diagnóstico, cuya atribución a una u otra etapa del período Paleolítico, es ciertamente difícil. Corresponden a las siguientes localizaciones, custodiadas en la colección del profesor J. M. González: Material lítico de Fuoxu, recuperado en la veiga homónima sita al NE del pueblo.- Raspador de Panicera. descubierto en la sierra que separa Rubiano de La Nava, Chopper de Sta. María de Grado, localizado en el mismo núcleo de pueblo; Lascas de Gurullés, recogidas en el camino que asciende de la AS-313 al mencionado núcleo; Materiales líticos de Picalgallo - El Xorro - Sta. Cristina, localizados en el Camino Real, entre los citados núcleos; Piedra tallada de La Vega de Anzo, en el camino de la estación; Raedera de San Miguel, en el antiguo camino de este pueblo a Vendillés. Los trabajos de campo de la Carta Arqueológica del municipio antes citada, depararon igualmente localizaciones de este tipo de restos: Material lítico de San Pelayo de Sienra, al norte de la ermita situada, en este núcleo; Materiales líticos de La Veiga La Mata, en el barrio de La Cai; Material lítico de El Rañón, en la loma del mismo nombre, sobre Vallongo; Canto tallado de La Fondera al sur de Llauréu; Núcleo de La Mesa, en la dolina situada al oeste de las casas de la Carballosa; y Núcleo de La Granda, en la loma del mismo nombre, al oeste de Reconcos. Según se deduce de los datos contrastados hasta la fecha, en Asturias los primeros testimonios de la ocupación de cuevas y abrigos por parte del hombre, se remontan al Paleolítico Medio. La cavidad del Chapipi, situada en el desfíladero homónimo, al sureste de La Asniella, más conocida por el hallazgo en la misma del tesorillo tardorromano al que da nombre, podría integrar la reducidísima nómina de yacimientos de este tipo -menos de media docena-, que albergan niveles arqueológicos pertenecientes al citado período. GRUPOS DE CAZADORES RECOLECTORES EN LA CUENCA MEDIA DEL NALÓN. EL PALEOLÍTICO SUPERIOR Entre el 35.000 y el 9.000 antes de Cristo se desarrolla la última fase de la Edad de Piedra antigua, el Paleolítico Superior. En ella adquiere su máximo apogeo, el sistema técnico-económico basado en la caza-recolección de alimentos. Este hecho, encuentra fiel reflejo en la notable complejidad alcanzada por el instrumental lítico y óseo generado por el primer hombre moderno, el Homo sapiens sapiens. La mayor parte de los yacimentos tienen pasillos de comunicación, zonas de obligada presencia o de frecuente visita, tanto por parte del hombre, como de la bíomasa. Nuevamente, el concejo de Grado vuelve a destacar en el contexto regional, ocupando un lugar de privilegio en atención tanto al número de cuevas o abrigos con yacimientos de este período, como a la entidad de los depósitos que en ellos atesoran. Se da en este caso también. otro gran prospector de la prehistoria asturiana y en particular de su patrimonio espeleológico. D. José Manuel e Quintanal, quien a finales de la década de los 70 y principios de los 80 del pasado siglo, al frente del Grupo Espeleologico Polifemo, inició el rastreo más o menos sistemático de las cavidades y abrigos de las cuencas del Nalón y el Cubia. Fruto de estas labores fue la localización de cuatro importantes yacimientos: las cuevas de Godulfo I y II -o Guyulfo. como se las conoce en la zona-. la cueva de Vega y la cueva del Folechegón. Este computo se vio sensiblemente incrementado con el descubrimiento de 11 estaciones más, a fines de los 90, con motivo de la realización de la Carta Arqueológica del concejo. Seguidamente pasamos a enumerar, agrupadas por cuencas, aquellas cavidades y abrigos del concejo que evidencian testimonios de ocupación del período que estamos analizando. Cuenca del Nalón: Cuevas de Godulfo I y II, y Abrigos de Sucueva (A y B), en el complejo cárstico localizado al este de Berció: Cueva de Vega, ubicada al sur del puente de Valduno. Cuenca del río Las Varas: Concentrados en su mayoría. en el tramo medio de la cuenca y en la de su afluente. el arroyo de Bustán. De la cabecera a la desembocadura del primero, se localizan: Abrigos de Peña Blanca. en la vertiente orienta] del macizo del mismo nombre, al norte de Cuellagar. A brigo de El Veirón, en el margen oriental del camino de La Condesa, al norte del citado pueblo; Abrigo de Solveiru, al NW del puente de Baselgas: Cueva del Folechegón. en la vertiente oriental del desfiladero de El Chapipi, al SE de La Asniella: Abrigo de Sintuertos, frente a Cuainxú. En la cuenca de su afluente: Abrigo de La Salona. bajo de la Peña del Castiellu o Triucantu. frente a Las Murias: Cueva de Los Moros, al este del pueblo de Llauréu. Puede considerarse también integrante de esta misma cuenca el Abrigu del Fornu localizado en la depresión de La Nava. Cuenca del río Cubia: Abrigo de Peñamelera, al este de Vega de Villaldín. Si exceptuamos ciertos atisbos de representación gráfica, sobre huesos o piedras, detectados en períodos precedentes, cabe afirmar que el inicio del Paleolítico Superior coincide con el nacimiento del fenómeno artístico. En el se utilizan por primera vez, como superficie de expresión gráfica, las paredes de las oquedades. La Península Ibérica, y Asturias en particular, ocupan un destacado lugar dentro el contexto del arte paleolítico europeo. El Principado alberga, según los cómputos actuales, algo más de un tercio de las estaciones con representaciones parietales del territorio peninsular. La cuenca media del Nalón, con trece localizaciones hasta la fecha, constituye la mayor concentración de la región. Junto a las cavidades con representaciones pictóricas como Candamo o Entrecueves, integra ese rico conjunto artístico del Nalón medio, un homogéneo grupo de cuevas y abrigos, con grabados parietales de surco profundo. situados en zonas donde alcanza la luz solar. Los testimonios iniciales de este arte datan del período auriñaciense son sencillos grafismos, conformados por simples haces de líneas. El segundo horizonte iconográfico de esta manifestación, elaborado a lo largo del Gravetiense y el Solutrense antiguo, incorpora la figuración animal a los paneles. Un buen ejemplo de las características del arte de esta segunda fase, sintético. fisionómico, es la cierva representada en la cueva gradense de Godulfo I. situada como se ha señalado, en el cantil calizo que domina el curso del Nalón, al este de Berció. Bibliografía - Estrada García, R. (1999): «Reseña de la Carta Arqueológica del Concejo de Grado Excavaciones arqueológicas en Asturias 1995-98. Serv. de Publicaciones del Principado de Asturias, Oviedo, pp. 315-31 S. - Fortea Pérez, J. (1990): «El Arte Paleolítico en Asturias» en Historia de Asturias. Vol, 1. Ed. Prensa Asturiana S.A. Oviedo, pp. 65-84. - Fortea Pérez, EJ. (1994): «Los <santuarios> exteriores en el paleolítico cantábrico». Complutum nº 5. Ed. Complutense. Madrid. pp. 203-220. - Quintarial Palicio J.M.(1991): Nuevos lugares prehistóricos de Asturias. Descubiertos por los grupos de espeleología «Polifemo», y «Oviedo». Imp. Gofer. Oviedo. - Rodríguez Asensio. A. (1983): La presencia humana más antigua en Asturias. Estudios de Arqueología Asturiana Nº2. Consejería de Educación y Cultura. Oviedo. ROGELIO ESTRADA. - Arqueólogo |