Sacerdote culto, celoso, amable , de sólida virtud y exquisito
tacto, talento claro y asimilación rápida, dio
altas pruebas de tales cualidades en el desempeño de los
altos cargos que ejerció en España y Filipinas en
todos los cuales dejó memoria grata difícil de borrar.
Hijo de Grado, estudiante aventajados de nuestro Seminario
conciliar, Párroco de Cudillero y de otros pueblos, siempre querido
y respetado, tenía a su cargo la parroquia de Villaviciosa
cuando, al ser nombrado Arzobispo de Manila el ilustre y calumniado
P. Nozaleda, lo llevó de Provisor de aquella vasta y difícil
archidiócesis. Supo allí captarse las simpatías
unánimes de españoles y filipinos, siendo
promovido al deanato de aquel cabildo Metropolitano; y después
de la guerra con los Estados Unidos, obligado por sus superiores
a permanecer allí, fue elegido Vicario capitular,
sede vacante, y confirmado por los Arzobispos que se sucedieron
en Maníla en el provisorato, lo que prueba elocuentemente
lo acertado de su gestión en tan espinoso cargo durante
tan arduas circunstancias.
A Monseñor López Tuñón se debe en buena
parte la nueva organización que adoptó la Iglesia
al sobrevenir el cambio de régimen pero aunque retenido
el Manila por todos quiso volver a España en 1912, siendo
nombrado poco después por su Santidad Chantre de la Catedral de
Málaga, donde, como en tantos sitios residió, goza de singulares
prestigios
El Sr. López Tuñón es prelado doméstico
del Santo Padre.
Gradense entusiasta contribuye con gruesa cantidad a sostener
el colegio de San Antonio de aquella villa a la que ha hecho otros
generosos donativos. En ella reside algunos meses de verano con
su hermano Don Donato, que también disfrutas como
D. Silvino, del aprecio de todos.
AÑO.- 1916 |