Villa de Grado - Asturias - España

Moscón

 

 

uegos

EO VEO

Edad: más de 3 años,

Jugadores: todos los que se quiera, aunque los niños juegan en grupos reducidos.

Favorece: El reconocimiento de los colores, la discriminación visual, la atención y la adquisición de vocabulario.

Objetivo: Adivinar por el color el objeto escogido.

Desarrollo.

El que se queda piensa en un objeto que esté a la vista y empieza un diálogo con el resto de jugadores.

- Veo, veo,

- ¿Qué ves?

- Una cosita

- ¿De qué color es?

- De color...

 

El que se queda dice el color del objeto que ha escogido y entonces los jugadores, por orden, empiezan a decir todas las cosas que ven de dicho color, El que lo adivina pasa a ser el que se queda. El juego termina cuando se cansan.

ELEFONO ROTO

Edad: a partir de cinco años.

Jugadores: más de 2.

Favorece: La atención la escucha, la expresión verbal y el dominio de la lengua.

Objetivo: pasar la frase de un compañero a otro lo más intacta posible

Desarrollo:

Los jugadores se disponen en un corro, Por turno uno de ellos dice una frase al oído de¡ que tiene a su lado, a su vez este deberá pasarla de igual forma al otro. El juego prosigue de la misma manera hasta que la frase vuelve al que la originó

Los niños y niñas se divierten al ver como ha degenerado la frase a través de la transmisión

Observaciones.

Es un juego divertido y creativo. Casi siempre se suele perder parcialmente el contenido de la frase original, dando lugar bien a un sin sentido o frases muy originales.

OS DISPARATES

Edad: a partir de cinco años.

Favorece: La atención, la memoria la escucha, la expresión verbal y el dominio de la len gua.

Objetivo: Divertirse con los disparates que surgen al responder las preguntas.

Desarrollo:

Los jugadores se disponen en un corro. Uno empieza a preguntar a su compañero, al oído: Para qué sirve... y dice un objeto. Para... responde e¡ otro. Cuando ha respondido, este pregunta lo mismo, y de igual manera al otro que está a su lado. El juego se desarrolla de igual forma hasta que todos han hecho una pregunta y han respondido una pregunta.
Al final se pone en común, pero de tal forma que cada uno dice la pregunta que le ha hecho el compañero de juego que está a su lado y la respuesta que le ha dado el otro compañero que está a su otro lado.

Nunca coinciden la pregunta con su respuesta, por lo que se llegan a conclusiones disparatadas y muy divertidas.

Continúa

Marián Coalla Fernández

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