Villa de Grado - Asturias - España
urante
muchos años he investigado por qué a los naturales de Grado nos llaman «moscones».
Nunca logré descubrirlo pese al orgullo con que todos llevamos este apelativo, y lo más que conseguí fue que los que nos lo llaman con sentido peyorativo me explicaran que es por lo alto que hablamos y el ruido que metemos con nuestras conversaciones.
También hace mucho tiempo oí otra versión más épica, que con los años yo he ido adornando; en resumen es que en 1808, cuando las tropas francesas nos invadieron, los naturales de Grado se colocaron debajo del puente de Peñaflor (donde hoy, por cierto, casi no hay sitio) y haciendo un ruido similar a los moscardones lograron que los caballos de las tropas francesas se encabritaran y parte del Ejército cayera al río Nalón (como ven, ninguna base histórica para esta historia tan guapa).
Ni Álvaro Fernández de Miranda en su libro «Grado y su concejo», editado en 1907, y reeditado por el ilustrísimo Ayuntamiento de Grado, en edición facsímil en 1982, sabe la razón de este apelativo que todos los gradenses llevamos casi con vanidad. Pero estos días, mi querido amigo y admirado filólogo Xoxé Lluis García Arias, ex presidente de la Academia de la Llingua Asturiana y autor del diccionario que está editando en fascículos este periódico todos los viernes, me entregó una copia de un artículo que publicó en la «Rivista Italiana di Onomastica», en el segundo semestre 2001, titulado «Dellos topónimos de Grau, Babia y otres festeres d’Asturies», donde después de estudiar algunos de los topónimos de estos concejos o comarcas (Prámaru, San Playu Sienra, Santianes de Molenes, Tolinas, etcétera) escribe un apéndice titulado «Los Moscones de Grau, nota antroponímica», en el que explica con gran documentación y muy bien criterio la razón de este apelativo.
Con su permiso expreso transcribo varias líneas del mencionado artículo para conocimiento de todos los moscones y de los que tuvieren interés en ello: «Lleída la documentación medieval asturiana alcuentro una primera y única referencia a Iohanne Moscon en 1178, personaxe casáu con Maria Citiz. El mesmu añu apaez tamién Iohanne Mosca que talmente paez ser home distintu si se xulga que tien fios con Xemena Garciaz. Toles demás conseñaciones de los sieglos XII y XIII son siempre de personaxes qu’axunten Mosca al so nome: (aquí una relación de 16 personas que llevan el nombre de Suero en diversas formas y el apellido Mosca desde 1127 hasta 1219). »Na mio opinión estos datos testifiquen a les clares: »a) Existencia perafitada d’un posible nomatu (connomento) Mosca. »b) Venceyamientu persepecial a un individuu (quiciabes llueu a una familia) de nome Suarius. ») Venceyamientu con Grau o con tierres de la rodiada como faen ver, de mou particular, les consoñaciones del monesteriu de Balmonte.» Nesi contestu nun sedría raro que’l nomatu Mosca s’aplicare a un personaxe importante (d’ehí esi calter meyorativu que caltién), de Grau o rodiada, y que llueu se xeneralizare a toa una familia y, por antonomasia, a la xente de la villa y del conceyu. Como testimonien los documentos esi nomatu debió ser, de mano, Mosca, pero de xuru, sobre Mosca formóse un deriváu Moscón con un sufixu –ón que n’asturianu delles vegaes ye aumentativu, dacuando diminutivu y, cuasi siempre, ponderativu».
Y hasta aquí la parte que creo más nos interesa a los moscones, aunque si alguno tuviera interés en el artículo completo creo que Xoxé Lluis García Arias no tendrá inconveniente en que os lo hiciera seguir entero. También querría rogar a cualquier moscón que lea este artículo y tenga otra versión de nuestro patronímico me la comunicara, y con más razón si no está de acuerdo con esta investigación que hasta ahora es la que he visto con más base científica. Espero que a todos los moscones de nacimiento y adoptivos (que hay muchos) «les preste» esta aclaración.
Adolfo Galán Salvador